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Hace casi 50 años,   empezó un movimiento con un origen,  aparentemente menor,  pero con antecedentes muy complejos:   ferrocarrileros, médicos, U Michoacán, el asalto al cuartel Madera y que fue escalando por motivos diversos con un alto costo para México. Dada nuestra amnesia no sucede nada y no va a pasar absolutamente nada.   Cerca de octubre,  van a brotar como hongos grupos y gentes, sin relación alguna se van a envolver en la bandera de ese movimiento y declarar enfáticamente que la Nación tiene una deuda histórica con ellos -algunos ni siquiera habían nacido-. La cuota de muertos, sangre y sufrimiento para los involucrados fue alta.   Los culpables directos siguieron con sus vidas,  sus riquezas obtenidas por lo mismo y la impunidad que da el poder.   Para las victimas sólo el olvido y los que de algún modo vivimos ésos días;  el recuerdo, el dolor, la tristeza;  lo que desaparecerá con nosotros. Finalmente México seguirá con su dinámica y su evolución natural.   Ventur

Santos (y no el de a deveras!)

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 Una vez que L. Obrador se convirtió en presidente electo;   mucha,  muuuuucha carga -buena:poca y mala:mucha- empieza a aparecer.   El sistema político adolece de un sinnúmero de defectos y permite los "saltos" de partido,   los abandonos de funciones o posiciones -un funcionario o legislador- puede pedir licencia para buscar una "nueva" oportunidad de servir al país y, si es con el vencedor:  Huuummmm!,  Yommi! Otro punto es la amoralidad de otro grupo de gente (incluyendo a los anteriores),  la desvergüenza,  o (como diría el Tuercas) la poca madre de los que ayer denostaban a alguien y hoy le lamen,  lo que sea para sentarse a su mesa.   Monreal se enojó por que su gurú no lo designó jefe de gobierno y dijo misa cantada y con tres padres y en latín y hasta una misa negra (y no en África!), le buscó una posición y como se sacó el gordo;  ahora sonríe al lado de su mentor, protector, o como se llame. No sé cual sea el código de conducta del señor L. Ob