Noticiarios

Locutores

Partidos y desperdicio. 

Malgasto de dinero público.

En estas fechas se agudiza la pobreza en los noticiarios,  por que el negocio implica que hay que decir lo que hicieron los ya sabes quien,   no hay nada rescatable y además nos endilgan la famosa publicidad "oficial",   así que de los 40 minutos de cada hora de las "noticias",  (cómo en los Perritos),  ya nomás nos quedan 15 y luego las sesudas disquisiciones de los (super) analistas,   si son "titulares" en universidades ricas y privadas mejor;  ni modo de invitar a gentes de la unam, del poli (fuchi!) o de la cosa abierta al tiempo o de la cosmopolita,  o cómo es?, mucho menos de universidades estatales,   existe tal cosa?     Se trata de darle caché al programa y a los locutores no de indagar realidades de gente que ni sabe (¿?).  Malo es que los análisis y comentarios no hacen luz para la mayoría,   o no se entiende o es muy breve o el analista adora su voz y el lector de la estación le da cuerda o coba.

Analistas

Otro punto es la reiteración de apodos de los candidatos,  no sé si para marcarlos o porque son cercanos a ellos:   el peje, el jaguar (¿yu?), el bronco, más lo que se me escapan;   cómo les llamaran a los lectores en los noticiarios?   Chairas, marrana, pelos, bruja, trompas, chueco,   para saber como llamarles cuando nos comuniquemos con ellos (si no hay mejores cosas que hacer!).

Jaime Rodríguez

Parte de lo malo es que repiten o reiteran lo que dijeron los susodichos,  si lleva majaderías como Jaime Rodríguez mejor:   chingada, pendejo, pinche y otras que ni sé que significan pero así dice.   Dado que no hay propuestas, análisis, discusiones serias y válidas;   entonces,  sale el clásico:   vamos a oír como lo (o qué) dijo.

                              

                                          Financiamiento a partidos.

Como México es rico, se puede entregar una millonada a los candidatos para sus campañas,  se puede destinar otro monto enorme para publicidad, se puede gastar otra suma enorme en la burocracia suprema;   las leyes se hacen para que pase todo y suceda nada:   esta situación nos remite al escritor italiano, Lampedusa, en el Gatopardo   -que todo cambie para que todo siga igual!-.

El inútil pero oneroso ente electoral.

Venturosamente está timbiriche, garibaldi, el necaxa, ninel, los videos porcinos (o sea cochinos!) de la estrellita o estrellito en turno,  la salida del closet de quien sea, como dijo mi paisano:   Pobre de mí.

José Alfredo